Me aburro

Inicio / Dramáticos / Me aburro

Me aburro

Por:

Me aburro. Me abuuurro. Me abuuuuurro. Me abuuuuuuuurro. Me abuuuuuuuuuuurro. Me aburro muchísimo. Me aburro constantemente. Ahora bien, cómo no me voy a aburrir, si no tengo nada que hacer.

Nada de nada. Lo que se dice, NADA.

Bueno. Vale. Tampoco es que eso sea así. Al menos no del todo. Lo cierto es que… acostumbro a pensar. ¡Ya está!, lo he dicho. Menudo peso que me he quitado de encima. Aunque… Ahora que me doy cuenta: mis problemas empezaron precisamente porque empecé a pensar. Y es que pensar, lo que se dice pensar, pienso un montón. Pienso en esto, pienso en lo otro, pienso en lo de más allá.

Resumiendo: pienso demasiado.

Una mierda.

¿Que por qué pienso tanto? Pues por una razón muy simple, o muy complicada, según se mire. El motivo por el que pienso tanto es que, de repente, sin querer, sin proponérmelo, por mera casualidad, tomé consciencia de que existía.

Hay que joderse.

A ver, ¿Por qué tuve que tomar conciencia de mi propia existencia?

¡Con lo feliz que yo era antes! Bueno. Vale. De acuerdo. Lo acepto. Es verdad. No pienso discutirlo. ¿Pa qué? En fin: no recuerdo lo que ocurrió o dejó de ocurrir antes de tomar conciencia de mi existencia . Luego no sé si era feliz o no lo era, pero…

¿Qué necesidad había de hacerlo? (Me refiero, a qué necesidad tenía de tomar conciencia de mí mismo). Seamos sinceros: ninguna, cero. Y lo que es más importante todavía…

¿De qué me ha servido ser consciente? Lo diré: Ser consciente solo me ha provocado angustia y sufrimiento. Nada más que eso. Satisfacción: va a ser que no. Alegría: va a ser que tampoco. Felicidad: no me hagas tener que decirlo. No… me… hagas… tener… que… decirlo. Por favor. PORQUE ME PONGO DE UNA MALA… que no me aguanto ni a mí mismo. Así pues…

¿De qué me sirve saber que existo si no sé para qué existo? Porque la verdad es que existo, porque existir existo, eso lo tengo claro, pero no sé para qué. Nunca lo he sabido y me da que nunca lo sabré.

Acojonante, ¿verdad?

Diré algo más. Atento. Se trata de algo que me lleva perturbando desde el primer momento. Mira que le he dado vueltas, pero no acabo yo de hallarle una explicación…

¿Qué… es esto de la existencia? ¿Alguna idea?, Porque yo, lo que se dice yo, ¡YO!, yo no sé qué decir. No se me ocurre nada. Si al menos hubiese alguien con el que pudiera intercambiar mis pensamientos. Pero es que encima, para que no me falte na de na…

Estoy solo. Solo de solemnidad. Totalmente solo. Aquí. En medio de la nada. En este inmenso vacío que me rodea. Y lo que es aún peor…

¿Cómo llegué hasta aquí? Ahí queda eso. Buena pregunta, ¿a que sí? De las buenas, buenas; buenas de verdad. Pues que conste que he intentado encontrarle una explicación una y mil veces. La he buscado por todas partes. He pensado en ello millones de veces. Porque, como dije antes, pensar, lo que se dice pensar, pienso mucho. ¡Muchísimo!, y…

¿Cuál ha sido el resultado obtenido después de tanto pensar? Exacto. Ese. Justo ese. No he sido capaz de encontrar una sola repuesta medianamente satisfactoria a la preguntita de las…

En fin, puede que no tenga respuesta. Puede que sea imposible llegar a saberlo. Puede que simplemente sea así porque es así como tiene que ser. O, quizás (siempre tiene que haber un quizás, mira que los odio) sea así porque siempre ha sido así. Qué sé yo…

Ya lo sé, ya lo sé, ya sé que suena a: “como no soy capaz de encontrar una explicación, cojo y me rindo”. Pues…

¡Me rindo! Hasta aquí he llegado. No pienso perder un instante más tratando de encontrar respuestas a preguntas que, o bien no la tienen, o bien escapan a mi capacidad. Ea, a tomar por…

A partir de ahora me dedicaré a buscar algo con lo que me pueda entretener. Algo que me divierta. Algo que me produzca satisfacción. Algo que me ayude a sobrellevar mi existencia, sea esta lo que sea, de la mejor manera posible.

Eso sí, tendrá que ser algo sencillito , manejable, tranquilo, relajado incluso. No quiero yo complejidades innecesarias. No me apetece que se me vaya de las manos, que luego pasa lo que pasa. A ver qué se me ocurre.

Hummm.

No. Eso no me gusta.

No. Eso no me apetece.

No. Eso no tiene gracia.

No. No. No. Eso sí que no.

No. Eso tampoco.

¡LO TENGO!

¿Cómo no se me habrá ocurrido antes? La cantidad de disgustos que me habría ahorrado. Los buenos momentos que habría pasado. Bueno, da igual. No vale la pena andar lamentándose por lo que pudo ser y no fue. Lo importante es que ya sé qué hacer. Ahora a planificar como llevarlo a cabo…

Veamos: Primero… sí, eso es. Segundo… perfecto. Tercero… genial, soy un monstruo. Cuarto… esto va a quedar muy chulo. Quinto… ¡Uff!, va a ser mucho curro, pero valdrá la pena. Sexto… ja, ja, ja, ¡esto sí que mola! Séptimo… revisión y validación.

Pues ya está.

A ver: ¿Estoy seguro de que es esto lo que quiero?

Sí.

¿De verdad?

Sí.

A ver si la voy a liar… a ver si la voy a liar.

Pues la lío, total, qué más da.

Que sea lo que tenga que ser.

Vamos a ello:

¡Hágase la luz!

Dejar un comentario

Your email address will not be published.

Información básica sobre protección de datos Ver más

  • Responsable El titular del sitio.
  • Finalidad Moderar los comentarios. Responder las consultas.
  • Legitimación Su consentimiento.
  • Destinatarios .
  • Derechos Acceder, rectificar y suprimir los datos.
  • Información Adicional Puede consultar la información detallada en la Política de Privacidad.

Esta web utiliza cookies, puede ver aquí la Política de Cookies