Por: Alberto Arecchi

Tenemos el deber de proteger las especies animales y vegetales que la naturaleza y los ancestros nos dejaron, para transmitirlas a la posteridad. Por eso hemos estudiado la oportunidad de promover un parque de preservación del mosquito. Conscientes de la matriz latina de nuestra lengua, gustaríamos llamarlo “Parcus Cúlicum”. Será más simple, sin embargo, utilizar un neologismo, una mezcla de latino e inglés, tan de moda hoy en día, y proponer un nombre “latinglés”: “Culex Park”.

Consideramos necesario salvaguardar el animal histórico, que pobló nuestros pantanos desde cuando nuestros antepasados adoraban las poderosas fuerzas de la naturaleza, y ofrecían sus pechos peludos, desnudos, a las picaduras de los insectos.

El mosquito es un insecto maravilloso, capaz de horadar todas las protecciones para pinchar vuestra piel y hacer una hinchazón cien veces más grande que él mismo, para chupar pocos miligramos de sangre, necesaria para la fertilidad femenina. El mosquito es hermoso, una criatura típica de nuestra tierra, y anima las noches de verano, cuando puedes escuchar su zumbido en tus orejas… ¡Oh, dulce musicalidad, mil veces superior a cualquier concierto de instrumentos! Sus alas, su equipo de perforación, las hermosas antenas de plumas de los machos, son obras maestras de la ingeniería genética, que el hombre nunca podría reproducir. Sin embargo, la hibridación con otras especies de mosquitos ha creado una situación de desequilibrio ecológico peligroso. Era necesario imponer controles estrictos a la evolución del hábitat desordenado de los mosquitos.

Nuestro proyecto consiste en la creación de un parque húmedo, en el que se mantengan las mejores condiciones para la reproducción y proliferación de los mosquitos nativos. Pudimos identificar un cenagal hermoso lleno de juncos, sauces, bambú y saúcos, que dio cobijo a miríadas de mosquitos, sacando los peces acostumbrados a alimentarse de los huevos de mosquitos. Por último es necesario controlar el suministro de sangre humana de calidad, para garantizar la fertilidad de nuestros “inquilinos”.

Hemos recibido llamadas de empresarios, interesados en la creación del Parque: fabricantes de accesorios y alimentos para los mosquitos, proveedores de niebla en aerosol para los días muy secos, fabricantes de charcos, cultivadores de sauce espontáneo… Se contactó con nosotros, incluso, el emprendedor de un museo histórico del mosquito, hecho con tutoriales en DVD y con paneles modulares y portátiles, para escuelas y bibliotecas.

Algunas empresas renombradas de insecticidas han convertido su línea de producción, y ahora están a punto de lanzar productos nuevos, con lemas como: “¿Usted quiere para sus mosquitos alas iridiscentes y más brillantes? ¡Utilice el aceite X, que hace su sangre más fluida y con vitamina!” “¿Mosquitos más hermosos? Utilice en su piel el producto Y, que mantendrá su trompa derecha y fuerte”.

A pesar del entusiasmo de la promoción comercial, ciertamente no hemos pasado por alto los dos elementos básicos que caracterizan a nuestro parque: la pureza de los mosquitos nativos alojados y la calidad de la sangre que se les proporciona. Todos estos elementos están certificados, capaces de otorgar la licencia de calidad europea que nuestro parque regional – junto solo con pocos otros – puede presumir.

Ahora estamos en condiciones de mantener un registro exacto de los mosquitos en nuestro parque y estamos procediendo a la inserción de un chip sin dolor para la identificación personal de cada uno de ellos. Tras la inserción, una pequeña colección de tejidos permite la evaluación del ADN del insecto, que se inserta automáticamente en una base central de datos. Esto nos permite seleccionar rápidamente las cepas de mosquitos autóctonos y de los compatibles, para mejorar su composición genética.

También el público del parque, obviamente, tendrá que ser seleccionado. Los visitantes no deben traer cualquier tipo de repelente, que pueda molestar los mosquitos. Además, husmeadores profesionales específicos serán responsables por el análisis del sudor de los huéspedes, para que puedan dirigir los más sabrosos directamente a los lugares donde son más numerosas las hembras embarazadas de mosquitos.

Un cuestionario identificará y neutralizará cualquier tendencia mosquitofóbica. Cualquier visitante sospechoso no será rechazado, pero se le unirán dos observadores de policía, que vigilen con cuidado, para evitar cualquier acto de daño o sabotaje.

Se organizarán “Mosquito Parties” especiales en las noches de verano y culminarán con el “Culex Summer Festival”, el último domingo de julio. Es en esa ocasión, justo antes de la gran fiesta en agosto, que serán elegidos el Rey y la Reina de los Mosquitos aquellos que mostrarán en su piel el número mayor de ronchas rojas.

La promoción del turismo se está abriendo al mercado del Lejano Oriente, a través de la participación en ferias internacionales. Se abriría un mercado con un potencial enorme, algo como unos dos millones de visitantes al año, dispuestos a pagar para venir y hacerse picar en nuestro Parque. Precisamente hoy, nuestro agente de publicidad me mostró la propuesta para el documental promocional del Parque. Aparece un pequeño hombre verde, con dos antenas delgadas en la cabeza. El campo de visión se abre y el pequeño hombre está más lejos, mientras que aparece en primer plano la antena maravillosa, con plumas, de un mosquito local. La cámara muestra el ojo del mosquito, espiando al extranjero. Alrededor del jefe de la familia, todas las hembras del grupo están “afilando” sus trompetas para chupar, con toallas alrededor de su cuello. En el siguiente, el hombre se ha convertido en una roncha única. Ya no es verde, pero iridiscente, de todos los colores del arco iris. El lema dice: “El Mosquito es hermoso, el Mosquito es pequeño, pero fuerte. Conoce nuestras tradiciones regionales”.

Me gustaría proponer una serie de anuncios con una familia de ET, de todos los colores: amarillo, verde… no para inspirarse a los semáforos, sino para atraer visitantes de todo el mundo, sin racismos ni particularismos, y quería proponer como título de la secuencia para la publicidad: “The united colours of Culex Park”, “Los colores unidos del Culex Park”.