Por: Elena M. Dols

Gracias por compartir un pedacito de tu vida conmigo, por hacerme reír, por esas cálidas conversaciones nocturnas, por cada palabra, por cada mirada, por cada gesto, por los sueños hechos realidad, aunque sean por un breve espacio de tiempo, por el placer incontenible, producto de un deseo que se desborda, por temblar cuando te veo…

Una vez leí una frase que decía, que la gente que se convierte importante en tu vida, no se busca, la vida te la presenta.

Quizá hoy quiera agradecer a la vida, que te presentara, aún con las cosas que de un modo u otro a los dos nos atan, aunque esos abrazos perfectos, no están sujetos a nada.

Gracias por estar de una manera inesperada, en este lapso de tiempo llamado vida, mi vida, que le encanta recrearse en esos preciosos ojos azules.

Ojalá nunca dejes de visitar el paraíso, cada vez que me miras, que no te canses de leer o escuchar mis reflexiones y que nunca dejes de sentir que mis abrazos van perfectos con el aroma y el tacto de tu piel, que calma todos mis anhelos.

Déjame ahogar cualquier pena que te embargue, en un gemido, quiero ser como música entre tu piel y mi piel.

Gracias también, por tu tiempo, por tus palabras, por tus abrazos, tus caricias y tus besos, también por tus silencios y por el inmenso placer que me produce tenerte a mi lado, por la inquietud de estar contigo, por el deseo desbocado, por la complicidad creada, por ofrecerme lo mejor de ti en cada momento, por hacer eterna una mirada y un gesto.

Gracias por hacer que yo me sienta inmensamente feliz. Por hacerme descubrir el paraíso en el tacto de tu piel, por hacer que tus besos me hagan volar hasta rozar el cielo, por ocupar mi pensamiento antes de quedarme dormida, por hacerme ver que la vida tiene motivación y sentido. Por todo esto y quizá mil cosas más, gracias por hacer que mi mundo sea mejor.

Las actitudes menudas, los gestos y los detalles, son los que alimentan la vida.

El futuro es siempre incierto y hoy más que nunca, el presente es lo que siento, lo único real que tenemos, y las emociones, esas, no son actuales o anticuadas, son emociones y a veces te hacen temblar y desear perderte en la profundidad azul, de una mirada, de la tuya.

La aventura parece peligrosa, pero dime, acaso la rutina, ¿no es mortal?.

Me quedo con esos momentos, esos que me alegran los días y las noches, me quedo con las risas, con las charlas, la pasión, los juegos y con los brindis, que hacen que cada día sea un poquito mejor.

Siempre hay un mañana y la vida nos da otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si me equivoco, me gustaría decirte, cuánto te quiero.

Nunca te lo diré lo suficiente, gracias por ser como eres, por lo que yo soy cuando estoy contigo, cualquier expresión de felicidad, se queda pequeña, comparada con el sentimiento que me embarga, porque realmente me desborda, eres como una inyección de energía, que me hace contemplar la vida de otra manera. Por hacer que los días tengan más luz, por poder reflejar mis ojos en los tuyos, por esa sonrisa que me motiva y por dejar que sea yo misma, sin ataduras y sin miedos y por hacerme sentir, que tú, también te sientes feliz porque lo veo en cada uno de tus gestos, en tu mirada, en tus abrazos y tus besos.

A veces me pregunto por qué?

Porque eres dulce y honesto, porque eres delicadeza y pasión, porque me llenas de cumplidos, porque me haces sentir segura, porque sientes sed de mis besos, porque intentas hacer mejor mi mundo, porque si la vida me diera otra oportunidad, quisiera volverte a conocer, porque quiero que seas parte de mí, y yo de ti, porque siento cuando me miras, que ves el universo, porque percibo lealtad en tus emociones, porque tu boca me sabe a miel, porque cuando no estás conmigo, te invento, porque eres como un principio y no quiero que seas fin, porque me gusta tenerte cerca y sentir tu aliento, porque te vuelves en calor cuando es invierno, porque ningún tiempo es perdido a tu lado, porque contigo siempre sumo y nunca resto, porque me gusta que me hagas el amor, como si fuera a morir mañana, porque me sabes amar y respetar, porque te siento feliz, cuando yo lo soy, porque me gusta susurrarle al viento, que eres mi sueño, y que me responda, con una suave caricia, que a mi lado te tengo, porque no me juzgas, solo me escuchas, no me reclamas, solo me alabas, porque cuando te miro y me miras, nada más hace falta, por esas caricias llenas de ganas, por esa miradas que no necesitan palabras, porque eres como un perfume que perdura, porque permites que recuerde mi pasado sin dolor y viva este presente lleno de pasión, porque me gustaría leerte como si fueras un libro y así comprenderte un poco más, porque en la penumbra que produce una tenue luz, tu mirada clara, me encandila, porque habrá quien no entienda esto, sin distancia y sin tiempo, porque no quiero que entre nosotros se dibujen líneas rojas, que no se cierren puertas, que todo sea libre, amplio, ebrio de ensueño, porque quiero ser la brisa que acaricia tu cara y la lluvia que moja tu pelo, porque quiero agradecerle a la vida coincidir contigo, porque si alguna vez dudas, pregúntale a tu corazón, él no va a mentir, porque con tus manos me has hecho adicta a ti, porque pase lo que pase siempre conservarás un lugar intacto cerca de mi corazón, porque te respeto, no me oprimes y no me cansas, porque me gusta invitarte a soñar, que lo imposible, es posible.

Qué difícil es explicarle al corazón, cuando alguien te huele a poesía, cuando sus latidos gritan un nombre, cuando navegas en una mirada noble, cuando quieres que la vida se detenga un instante, cuando es más importante tenerte en mi vida, que junto a mí.

Ojalá que la decepción nunca anide en nuestros corazones, que la quietud y la calma siempre nos acompañe, que demos rienda suelta a nuestros corazones, a nuestra vida, a nuestra imaginación, que sin sueños sería vacía. Que seamos capaces de transitar entre caminos llenos de obstáculos, y que aun así no perdamos la sonrisa, ni la esperanza que es un arma poderosa y siempre trae alivio y consuelo en tiempos revueltos.