Goriisla

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Goriisla

 

Por: Alex:TG (10 años)

 

Día 28:

 

Tengo un poco de hambre. Sigo vivo. A las 6:00 me atacó un gorila furioso. Me duele todo.
¡Traedme comida que me muero de hambre! Lo único que puedo hacer es matar gorilas y
cocinarlos. No saben muy bien. Realmente saben a músculos con pelo. Por cierto, la isla se llama
Goriisla.

 

Día 29:

 

Lo primero de todo es que el gorila jefe se llama Gorisla. Es fuerte, hábil y listo, por eso
y mucho más es el líder.

 

Andando, me encontré un pirata que tenía muchos pollos. Era muy raro porque al verle
creía que iba a tener un loro. No lo entendía muy bien, pero eso no es lo más importante.

 

Le dije: – ¿Cómo has llegado hasta aquí?-. Me dijo que estaba surcando los siete mares y
se perdió. Lo bueno de este día es que ya no era la única persona que vivía aquí.

 

Día 30:

 

Tras una larga charla con el pirata, me dijo su nombre. Se llamaba Ric El Barbas. Decía
que era el pirata más temido de los siete mares. Pero yo pensé que era un poco despistado
porque perderse en los siete mares no era una gran hazaña, la verdad.

 

Ric El Barbas quiso descubrir la isla, pero yo no se lo permití porque había gorilas
acechando en cualquier esquina. Entonces le conté todo lo que pasaba en la isla. Le conté
también mi historia. Ric El Barbas y yo nos escondimos en un arbusto y le enseñé a
Gorisla.

 

– Ese gorila es más grande de lo normal- Ric El Barbas dijo. Y yo le contesté que ya sabía
que era gigante porque era único en su especie, que seguía vivo porque se alimentaba de
todos los animales que estaban en la isla. Por eso, ahora la isla era suya.

 

Le enseñé mi refugio. Le di algo para refugiarse y comida. Dejé que se quedara con los
pollos, aunque los pobres estaban asustados por los gorilas.

 

Por la noche, escuchamos unos ruidos raros. Nos levantamos y vimos lo que pasaba. ¡Era
un gorila! ¡Y no nos quería atacar!

 

Día 31:

 

Intentamos comunicarnos con el gorila por signos. Pero el gorila no nos entendía. Lo raro
es que no nos quería atacar. Estábamos desconcertados. Seguimos intentando
comunicarnos con el gorila. Yo creía que era sordo. Dos horas más tarde, le intentamos
llevar con su familia, pero él se negaba.

 

– ¿Por qué no quiere ir con su familia?- nos preguntamos.

 

 

 

Por fin, le entendimos. Nos escribió en el suelo con un palo. Y con su dibujo, le pudimos
entender. Decía que su familia era heredera del trono de la isla y estaba enfrentado a
Gorisla y su familia. Decía el gorila que Gorisla era muy injusto. Ponía muchas normas
para vivir en la isla. Por eso, el gorila se había escapado de casa.

 

Entonces, le dije a Ric El Barbas que si podía quedarse cuidando al gorila, mientras yo
investigaba por la isla. Así fue como ví a Gorisla con el padre del gorila diciéndole que
iba a ser el nuevo líder de Goriisla. Se lo intentamos comunicar al gorila, pero él no nos
quiso entender.

 

Día 32:

 

Fuimos a buscar un refugio para nuestro amigo el gorila Anónimo. Entonces nos
encontramos a otro gorila con un pollo de Ric El Barbas. El pobre pollo estaba muerto de
miedo. Ric El Barbas sacó una pistola y mató al gorila. El pollo se quedó un poco tocado.
Pero no pasó nada más. Luego fuimos otra vez a mi casa. Ric El Barbas no dejaba de
molestarme, mientras yo pensaba en Anónimo.

 

Me empecé a hartar de Ric El Barbas, así que acabé echándole de casa. Pero por la noche,
salí a buscarle. Le encontré en una cueva llorando, tirado en el suelo. Estaba pataleando.
Luego se cabreó y pegó un empujón.

 

– ¿Qué haces?- le pregunté.

 

– Llévame a casa por favor. Te prometo dejar de molestarte. Pero llévame porque estoy
muy cansado- me pidió Ric El Barbas.

 

Por dentro Ric El Barbas me cae bien, pero por fuera… Bueno, en fin, el día ha sido
resumido en pirata, familia y supervivencia.

 

Día 33:

 

Ric El Barbas se crio en otra isla llena de pollos, Pollisla. Allí no había gorilas.

 

Por la noche, he visto luces extrañas en el cielo. Eran de muchos colores, verdes, azules
y rojas, mi color favorito. Eran intermitentes. No sé si será alguna señal del más allá. Ya
veremos lo que pasa mañana por la noche. Como se repitan…

 

Día 34:

 

El día ha sido normal. Nada reseñable. Sin embargo, la noche ha comenzado con las luces extrañas en el

cielo, las de colores. Esta vez se han visto más claras. Un objeto como una nave espacial ha caído
en la playa. Estoy escondido tras una palmera. Parece que vienen a por mí. Adiós. Me despido.
¡Deseadme suerte!

 

Día 100:

 

Salí del ovni. Me querían matar. Conseguí salir, no sé cómo, pero vivo. Bueno, me ayudó
Gorisla. También le capturaron. Nos aliamos contra los alienígenas. Creo que le caigo
bien. Llevo 66 días sin escribir porque los alienígenas me lo cogieron todo. Tengo miedo.

 

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