La Luz de mi Vida

Inicio / Románticos / La Luz de mi Vida

La Luz de mi Vida

Por: Itxaso Benitez Corzo

Exhausta, apoyo mi cabeza sobre tu pecho sin cambiar aún de postura. Me abrazas por detrás y me acomodas en la bañera. La matrona coloca al bebé sobre mi pecho, y cierro los ojos fundiéndome con vosotros dos. Abrazo al niño mientras tú nos abrazas a los dos. Una lágrima, mezcla de felicidad y cansancio, recorre mi mejilla, y la tuya. La fotógrafa con discreción inmortaliza ese primer instante de nuestra nueva vida. Mi largo pelo rizado cae sobre la cara del bebé, y lo retiras con ternura, para que no le moleste. Me acaricias, susurrándome al oído que estás orgulloso de mí. Trato de sonreírte, cansada. Cierro de nuevo los ojos y me fundo en ese abrazo de los tres. La matrona respeta nuestros tiempos y nos deja hacer. La fotógrafa hace su bello trabajo sin que notemos que está dejando muestra de todo lo que estamos viviendo. Necesito dormir, pero la adrenalina de esta nueva vida recorre todo mi cuerpo y no me permite cerrar los ojos más que unos segundos. La matrona toma al bebé, mientras el cordón umbilical ha dejado de latir, y te pide que lo cortes. Ella atiende al niño mientras a mí aún me queda un último esfuerzo para terminar de expulsar la placenta. Te agarro con fuerza, y con ayuda de tu respiración profunda, termino el trabajo del parto. La felicidad, el cansancio, y el agradecimiento a ti, a la vida, y a este momento, se mezclan en mí y ponen de nuevo lágrimas sobre mis mejillas. Agarras mi cara con las dos manos, y me giro. Frente a ti, me miras con orgullo, felicidad, y admiración, y me besas dulce y delicado. Más fotografías que van a quedar por siempre en el recuerdo. Todas las imágenes se quedan en nuestras retinas. Me ayudas a salir del agradable agua caliente. Me secas, besas cada centímetro de mi piel, me vistes, me acaricias, me acompañas a la cama, más besos y caricias que me transportan a un mundo de felicidad infinita. Te amo. Nos traen al niño. Nuestro hijo. Ahora sí, nuestra felicidad ha terminado de completarse. Tengo miedo, pero lo disipas con tu mirada. Tienes miedo, y lo intento disipar con una caricia. Nuestras miradas dicen todo lo que no somos capaces de articular. La matrona nos abraza y nos dice que vamos a hacerlo muy bien, que somos un gran equipo. Él está sano, yo me encuentro cansada pero bien, y tú has abrazado tus sombras y te has convertido en el fuerte pilar sobre el que me apoyo.

Gracias por guiar cada paso de mi camino. Por apoyarme siempre. Por no fallarme nunca. Por darme a diario motivos para seguir creciendo, motivos para seguir admirándote, y argumentos para seguir caminando a tu lado.

Hoy nos hemos convertido en uno más, pero tú y yo siempre seremos uno.

Dejar un comentario

Your email address will not be published.

Información básica sobre protección de datos Ver más

  • Responsable El titular del sitio.
  • Finalidad Moderar los comentarios. Responder las consultas.
  • Legitimación Su consentimiento.
  • Destinatarios .
  • Derechos Acceder, rectificar y suprimir los datos.
  • Información Adicional Puede consultar la información detallada en la Política de Privacidad.

Esta web utiliza cookies, puede ver aquí la Política de Cookies