Concurso

Inicio / Románticos / Concurso

Concurso

Por: I.B.C.

Sentada en tu sofá, te admiro sentado aún a la mesa, frente a tu madre. Nuestros ojos brillan como nunca. Nos miramos como siempre. Empieza a sonar una canción que despierta en mí las ganas de cantarte. Tímida, te regalo la primera frase, mirándote a los ojos. Tu sonrisa se desborda, y tus ojos se llenan de amor. Tu madre enmudece. Me miras extasiado. Gesticulo, canto, disfruto viendo cómo tu expresión va cambiando, meciéndose con las notas que salen de mi garganta. Voy tomando confianza, y me dejo llevar por la letra, perfectamente engarzada en esos acordes que la sostienen con dulzura. Me mezclo con tu mirada, sin apartar la mía. Me hago grande, emito una luz especial. Me miráis anonadados, y no me importa. Sin haber acabado, ya seleccionas otra canción, esa que sabes que tanto me gusta. Esa que me encanta cantarte. Esa, que me muestra vulnerable, pero segura a tu lado. Sigo brillando en el salón. De reojo miras el móvil que se ilumina, pero no le haces caso. Tu sonrisa me guía, y mi guiño te devuelve el amor que me das, siempre.

Cuando había olvidado aquella tarde, una llamada me llevó de nuevo a ese salón repleto de recuerdos, ahora formados también por mí. No me puedo creer lo que me están diciendo. ¿Qué? Pero, ¿Cómo dice? No me he inscrito, debe ser un error. La mujer, alegre y jovial al otro lado, me da todos mis datos con precisión milimétrica. Desde luego habla de mí, pero no entiendo nada. Me da una cita para la semana que viene, y se despide animándome. Te llamo sin acabar de creerme lo que me acaba de pasar. Estallas en una carcajada. Te alegras sinceramente, y me dices que pasarás por mi casa al salir de trabajar, para hablar de ello. El corazón se me acelera, si es que en algún momento ha estado calmado. Doy vueltas por la terraza, sin rumbo. Río. Salto. Lloro. Llamo a mi amiga y confidente para explicarle lo que me ha pasado, sin creérmelo aún del todo. Ella ríe y llora conmigo. Enrojezco y palidezco a la vez. No sé dónde meterme. Estoy en una nube. Al abrirte la puerta, salto sobre tus brazos. Nos fundimos en un abrazo lleno de lágrimas que brotan a la vez que las sonrisas y las carcajadas. Me sostienes, sin dejarme apoyar los pies en el suelo. Tu abrazo, siempre, es casa. Me pides que me vista, que necesitas que vayamos a la calle. Divertida, paso y cierro la puerta tras de ti. De pronto no sé qué ponerme, estoy extrañamente nerviosa. Me incomoda un poco que no me digas lo que pasa, ni dónde vamos. Sentado en la cama, me miras sonriente frente a mis dudas. Me sugieres esa camisa que tanto te gusta, y de pronto siento que tampoco me sienta bien, pero acepto por no hacerte perder más tiempo, y porque ya no puedo pensar con claridad. Necesito sentarme. Sin agobiarme, me abrazas con la calidez que sólo tú me sabes dar. Acaricias mi cabeza. Me besas con dulzura, y me quitas la parte de arriba del pijama. De nuevo no sé si reír, o llorar. Estoy muy nerviosa. Lo sabes. Un beso sobre mi hombro, y me ayudas a vestirme. Tu caricia es bálsamo. El suave tacto de tu piel en la mía es brisa en una tarde de verano.

Llegamos a casa de tu madre. Ahora sí que no entiendo nada. Te miro mientras aparcas. Tu sonrisa me dice que no vas a contarme nada. Me resigno, y te acaricio. Aprovechas para besar mi mano. Tus ojos cerrados y tus labios sobre el dorso de mi mano me paran el tiempo. Suspiro. Me sonríes a la vez que coges mi pierna, y me besas fugaz.

Me dejas pasar tras abrir la puerta de casa, y tu madre me saluda contenta desde el salón. Huele a tortilla de patata. Me encanta, y lo sabéis. ¿Cenamos aquí? ¿Qué celebramos? Sea lo que sea, me apunto. Cuando me voy a sentar, tus manos en mis hombros me transportan a un mundo donde sólo estamos tú y yo. Tranquilos. Serenos. Teniendo la mirada del otro, sin necesitar nada más. Te agarro las manos, sin dejar que las apartes, y tu beso sobre mi cabeza me devuelve a la realidad. Aquí y ahora. Contigo. Con vosotros. Dudáis sobre quién me va a dar la noticia. El corazón se e vuelve a poner en la boca. Acaricias mi pierna. Ella me mira algo temerosa. Me abrazas sin dejar de acariciarme la pierna. Sabe que estoy preparada para vivir esta aventura que, sin ayuda, no hubiese vivido nunca. Ella llamó, y con tu ayuda, hicisteis otro de mis sueños realidad. No puedo hablar. Sólo puedo llorar, abrazada por ti. Ella se une al abrazo. Me siento protegida. Nerviosa. Agradecida. Ansiosa. No sé si lloro de alegría, de nervios, o de miedo. Lo único que tengo claro es que voy a vivir cada fase de esta aventura al máximo.

Al fin, el día ha llegado y, pasadas todas las fases previas, viajamos en coche hasta esa ciudad donde voy a cumplir otro sueño, junto a ti. Dejamos la maleta en el hotel, vamos hasta el recinto, y formalizamos los trámites. En menos de veinticuatro horas estaré al otro lado de esa pared de hormigón que ahora me parece infranqueable. La ilusión se desata en mí, y tiro de tu mano para que vayamos más rápido. Me sigues sin quejarte, con tu deslumbrante sonrisa inundándolo todo. Respiro hondo antes de abrir la puerta. Voy preguntando y dejándome guiar por los profesionales que me atienden. Me siento una mota de polvo en esa inmensidad. Es francamente imponente. Tu dulzura me guía. Suenan los primeros acordes, y me tranquilizo mirándote a los ojos. Quiero volver a probar, y con gusto me lo permiten. Me voy sintiendo más cómoda. Estoy preparada. Mañana será un gran día. Disfruto entre pasillos, cámaras, pantallas, salas de realización, y micrófonos. Me permiten amablemente investigar y seguir aprendiendo. Te quedas en un segundo plano, viéndome disfrutar, acompañándome. Siempre que te miro, tu sonrisa cómplice está ahí. Salimos con los dedos entrelazados y el corazón alborotado. Camino saltando, como una niña, en tus brazos. Me brillan los ojos, y a ti te brillan tanto como a mí. Gracias. No puedo decir nada más. Está siendo maravilloso. Siempre fuiste maravilloso.

Pese a los nervios, duermo bien, porque estoy en tus brazos. Me calmas. Me llenas. Me transportas donde quieres. Podrías hacer conmigo lo que quisieras, y estoy tranquila, segura, y feliz con ello. Lo sabes. Te sientes bien teniéndome en tus brazos. Dormir sobre tu pecho es todo lo que necesito para disfrutar y dar el cien por cien de mí. Tras la ducha, recogemos y vamos a desayunar. Es temprano, pero estamos llenos de energía. De ilusión. Estoy llena de tu amor, de tu energía, de tu compañía, de todo tu ser.

Volvemos a enfrentarnos a la pared de hormigón, que ya no me parece tan infranqueable, empiezo a sentirme a gusto, en casa. Nos miramos. Sonreímos. Entramos. La emoción me desborda. Me muevo con seguridad, sabiendo dónde tengo que ir. Contigo de la mano. La preparación se me antoja corta. Tengo ganas de salir ya. Disfruto cada segundo. Respiro hondo antes de cruzar la puerta. Suspiro. Recuerdo tu beso antes de irme para dar este gran paso. Sonrío. Los primeros acordes llenan el espacio. Mi voz sale dulce, suave, se torna salvaje. Cierro los ojos y me dejo llevar. El sonido que indica el giro de esa silla me hace sonreír. No abro los ojos. Sigo cantando. Al acabar la canción, me percato de que se han dado la vuelta los dos profesionales con quienes más ilusión me hace aprender. Sonrío. Vuelo. Elijo a uno de ellos tras recibir las valoraciones. Encaro el pasillo hasta la sala donde estás corriendo, y no me lo puedo creer. Salto a tus brazos. Junto a ti, mis padres, hermana y sobrino me llenan de besos y abrazos, cuando me dejas en el suelo. Al niño le hace muchísima ilusión que yo esté ahí, y la presentadora nos coge de la mano, a cada uno de una, y nos dice que su sueño, también va a hacerse realidad. Me giro dándoos las gracias. Vuelvo a pisar ese escenario. Las sorpresas siguen. Es mi gran amiga de la infancia quien está pisándolo. Salgo corriendo a su encuentro, ninguna sabía que la otra está allí, cumpliendo otro sueño. Formamos un conjunto donde mi sobrino es protagonista, junto a su ídolo. Nosotras les acompañamos. Disfrutamos. Nos acariciamos mientras volamos juntas. Ella también ha pasado esa fase. La ilusión que siento por ella es incluso superior a la que siento por mí. Al volver con nuestras familias, tu sonrisa deslumbra.

Dejar un comentario

Your email address will not be published.

Información básica sobre protección de datos Ver más

  • Responsable El titular del sitio.
  • Finalidad Moderar los comentarios. Responder las consultas.
  • Legitimación Su consentimiento.
  • Destinatarios .
  • Derechos Acceder, rectificar y suprimir los datos.
  • Información Adicional Puede consultar la información detallada en la Política de Privacidad.

Esta web utiliza cookies, puede ver aquí la Política de Cookies