Por: Ruddy Rodriguez

Eso de convertirme en la chica 007 ¡La primera latinoamericana! Es una historia que más parece un chiste. Incluso en Venezuela hay poca gente que lo sabe debido a que la telenovela Niña Bonita, de 1988, opacó todo eso al romper esquemas, por ejemplo antes de ella las protagonistas solían ser rubias y si no lo eran tenían que tener un pelo largo y sedoso, en cambio a mí me lo rebajaron y ese corte que se limitaba a abrazar la cara, se convirtió en un boom y hasta se hicieron concursos donde se premiaba a las más parecidas al personaje, y todo eso con el fondo musical de Tan enamorados de Ricardo Montaner, hizo que lo de la chica 007 pasara desapercibido.

Pero te cuento: Yo venía del trasiego de actuación y certámenes, había sido Miss Anzoátegui (yo soy de Anaco) y en ese momento era la representante de Venezuela en el Miss Mundo. Era 1986 y estaba grabando Enamorada, mi primera telenovela y fui invitada a una función benéfica de la Fundación de reinas de belleza organizada por la zuliana ex Miss Venezuela, Carmen Montiel, destinada a proveer regalos a los pacienticos del Hospital de Niños J. M. de Los Ríos. Vinieron varios artistas extranjeros y a todos los buscaban para hablar con ellos y tomarse fotos, pero reparé en uno que no tenía pinta de artista ni mucho menos, y que se mantenía apartado. Pensé que el hecho de no ser artista y faltarle ese “don de gentes” que trasciende las barreras, además de no tener intérprete, lo mantenían en un bajo perfil. Así que, sabiendo que estábamos en igualdad de condiciones me hice solidaria brindándole una sonrisa y sentándome a su lado. Hasta que él, con la descortesía propia de la gramática del principiante, me dice:

─Hola…¿Y tú?

─¡Pero si usted habla español!

─Poco…poco

De allí en adelante le dije que iba a Londres a representar a Venezuela pero que mi verdadera profesión era la actuación. Anotó mis datos y todo quedó ahí.

Me hubiese olvidado de eso a no ser que ya en Londres y luego del Certamen, dos caballeros enviados por él me abordaron. Pero ni ellos sabían español y yo, a pesar de los cursos de inglés tenía un pánico que me enmudecía y solo me limitaba a tres frases My name is Ruddy Rodriguez, I`m from Caracas, Venezuela y I like orange juice ¡De allí nadie me sacaba! Pero mi hermano, que sí domina el inglés, salió en mi ayuda. El señor me estaba ofreciendo el papel de la chica Bond en la película Alta tensión la decimoquinta de la saga, protagonizada por Thimothy Dalton. Pero ¿cómo si mi dominio del idioma era nulo? A lo que los señores me aseguraron que el diálogo sería muy corto.

En efecto, mi intervención en el film fue de solo veintitrés segundos, pero a esos segundos le saqué toda la punta que pude, con aquello de que se trataba de la primera chica Bond latinoamericana y tal y qué se yo. No obstante llegué a sentirme culpable por toda la gente que compraba su entrada para verme y ¡Ay mamá! solo unos segundos. Fui a todos los estrenos que pude, daba entrevistas y posaba, pero a la hora de la verdad, en la proyección sudaba frío porque sabía que en vez de una gracia me podía salir una morisqueta. Es más, ahora que lo analizo, creo que si nadie se burló fue porque se trata de una escena de acción precipitada, literalmente, de hecho las acciones ocurren en un chárter mini jet que se va a pique, y al verme, la gente decía: “¡Mira, ahí está Ruuuu…!” pero ni tiempo les daba de decir mi nombre porque de inmediato cambiaba la escena.