Entre Dos Tierras

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Entre Dos Tierras

Por: Nora Kordassi (11 años)

Abraham es un chico nacido en Nigeria. Vino en patera a España con diez años. El y su familia querían un futuro mejor, como todas las familias que sacrifican su vida en patera, o colándose en aviones. Al llegar, había unos hombres esperando a todas las familias para llevarles a un albergue. Era un albergue mugriento con apenas 3 baños para 87 personas. No se quejaban, ya que a las noches, el anciano llamado Morati, les contaba que por los albergues en los que había estado, había por lo menos 278 personas, y encima tenían un solo baño.

Después de vivir 2 años en ese albergue, les encontró la policía. Los tiraron a todos contra el suelo, mientras les apuntaban con las pistolas. Un policía mató al hermano de Abraham, Hazziq. Rompió a llorar, pero tuvo que parar rápido, ya que un policía le avisó de que sus padres iban a ser los siguientes si no callaba. Les mandaron de vuelta a Nigeria en avión, pero cuando estaban a punto, el padre de Abraham le dijo que escapase, que no mirara atrás, y que no se le pase en ningún momento por la cabeza intentar buscar a sus padres. Y eso fue lo que hizo, echó a correr y en ningún momento miro atrás, apenas se pudo despedir con un abrazo. Estuvo corriendo aproximadamente media hora, y cuando se quiso dar cuenta estaba en el puerto de Marbella. No sabía a dónde ir, y mucho menos cómo huir de la policía. Apenas tenía 12 años. Decidió continuar, se tapó la cabeza con la capucha de su jersey y anduvo lo más que pudo. Llegó hasta un callejón lleno de cubos de basura. Buscó algo con lo que resguardarse del frío, y apenas consiguió una manta llena de excrementos. Cuando despertó, aproximadamente a las nueve de la mañana, decidió ir a por comida. Se puso delante de una frutería y decidió entrar.

– Hola, ¿tendría algo que darme para comer por favor?- le pidió Abraham con una cara inocente.

– Perdona, no puedes estar aquí, si me ven contigo pensarán que te estoy dando cobijo.- le respondió con empatía el señor.

– Lo entiendo y no quiero causarle problemas, pero si quiere puedo esconderme en el baño o en el lugar que usted más odie.

– Ese no es el problema muchacho- le dijo con un hilo de voz impredecible- ven entra aquí- le dijo mientras señalaba el almacén-¿de dónde vienes y qué haces aquí?

– Soy de Nigeria, hace 2 años que vivo en España, pero he estado viviendo en un albergue todo este tiempo, y no conozco a nadie. He escapado antes de que nos mandaran de vuelta a Nigeria.- le respondió cabizbajo Abraham.

– Bueno…podría hacerse hueco en mi casa, vivimos mi mujer, y mis dos hijos.- le respondió con una lágrima en cada ojo el señor de la tienda.

– Muchas gracias señor- y rompió a llorar- no sé como agradecérselo, pero por cierto ¿cuál es su nombre?

– Me llamo Vicente, pero antes de nada tenemos que salir ahora mismo de la tienda y tenemos que llegar lo antes posible a mi casa.

Después de haber hablado y haberle dado 2 albaricoques se dirigieron a casa de Vicente. La casa era normal. No era ni muy grande ni muy pequeña. Vivían 4 personas y había 2 baños, la cocina era pequeña, pero el salón era gigante. Vicente le dijo que podía darse una ducha si quería. Abraham entró a la ducha, llevaba mucho tiempo sin ducharse, así que estuvo veinte minutos bajo el agua. Vicente empezó a hacer unas tortitas y un batido de chocolate para Abraham. Estuvo mucho tiempo pensando cómo se lo iba a decir a su esposa, y a sus hijos. Abraham salió de la ducha y cogió la ropa que Vicente le había dejado sobre el lavabo. Cuando entró en la cocina y olió las tortitas, esbozó una sonrisa de oreja a oreja.

Al terminar, llamó a su esposa para que viniese con sus hijos lo antes posible y en quince minutos ya se encontraban allí. Les explicó todo, y su hijo mayor, el cual tenía la misma edad que Abraham, sintió un poco de envidia, ya que hace mucho tiempo que no le daba de desayunar tortitas ni le trataba así. La esposa, y la otra hija de seis años no tuvieron ningún problema, así que se instaló en el sofá, y durmió allí durante seis años. No le podían matricular en la escuela ya que no tenía papeles, entonces decidieron enseñarle en casa con la ayuda de sus hijos, y el mayor fue cogiéndole cariño poco a poco. Esta vez no le mataba la monotonía, iban muchas veces al parque, comen 5 veces al día, e incluso compraban ropa y juguetes.

Ya era mayor de edad, para Abraham fueron los mejores años de su vida. Había estado todo este tiempo ahorrando de la paga que le daban Vicente y Laura (su esposa), de la ayuda que ofrecía en la tienda, y del dinero de su cumpleaños. Y en total ya tenía 1440 euros ahorrados. Ya era mayor de edad, así que tuvo que buscarse la vida. Seguía trabajando en la tienda, junto al hijo mayor de Vicente, pero sabía que era hora de volver.

Después de 2 semanas de cumplir los 18 cogió un avión hacia Nigeria. Le costó encontrar a sus padres, pero como en Nigeria se hablaba inglés, y en casa de Vicente le enseñaron aún más de lo que sabía, junto al castellano, se pudo comunicar con la gente. Se mudaron de casa, un poco más a las afueras, los descubrió gracias a un carnicero al que le compraban todos los miércoles. Se pusieron muy felices. Al día siguiente le llamo Vicente diciéndole que tenía una gran idea. La gran idea era contratarles para trabajar a sus padres y a él un contrato para trabajar en España, y así podrían vivir todos juntos. Los padres dudaron mucho ya que eran muy mayores, pero confiaron en su hijo y el siguiente destino fue Marbella. Al llegar no volvieron a la casa donde vivió Abraham, se mudaron a otra más grande. Los padres de Abraham dormían en una habitación, Vicente y Laura en otra, la hermana pequeña en un cuarto muy pequeño, y Abraham y el hijo mayor de Vicente dormían juntos en una habitación muy grande. Empezaron a trabajar, la madre solo se dedicaba a atender en caja, ya que era muy mayor y se cansaba muy rápido, podían salir más a la calle gracias al permiso de residencia.

2 años después murió Vicente. La familia de Abraham y la de Vicente, eran una, así que todos mostraron el mismo dolor. La familia de Abraham ya tenía los papeles, y Abraham hizo una formación profesional de cocina. Incluso llegó a cocinar en el mejor restaurante de Marbella durante 3 meses. Aunque nada reconfortaba la muerte de Vicente. Después de la muerte de Vicente a Abraham le concedieron un trabajo en Ibiza en el restaurante de Sublimotion. Ganaba 1.550 euros al mes. Consiguió comprarle un apartamento muy mono a Sergio (el hijo de Vicente) y una casa gigante donde viven la familia de Abraham y Vicente. Y el mismo, se compró un apartamento al lado del de Sergio. Nunca olvidará la muerte de Vicente. Aunque por fin fue feliz, pero todo gracias a la familia de Vicente y suya.

10 años después…

Abraham se casó con la jefa del restaurante, tuvieron 2 hijos. Vicente y Laura. Los nombres de Vicente y su esposa. Tienen una casa muy grande situada al lado de una playa de Marbella. Y consiguió un nuevo trabajo en Marbella. En cada cumpleaños, navidad, celebraciones quedan en casa de alguno. Ha contado su historia en miles de entrevistas. Y ahora tiene una ONG, en la que participa toda su familia. Ayudan a todos los inmigrantes que buscan un futuro mejor en España, y le dan un cobijo, y una comida digna. Por fin es feliz, pero nunca se olvidará de Vicente.

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