El Sombrero

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El Sombrero

Por: elenpoem

Erase una vez, un sombrero color rojo. Su dueño lo había hecho con bastante esmero con trapos de terciopelo pero, de repente, se cansó de él y lo puso en venta y el pobre sombrero, se quedó muy triste y desconsolado.

Era un sombrero solitario, quedó abatido por todo aquello, y pensó en quién le podía comprar. Ni siquiera, sabía por qué estaba en esa tienda mirando a la calle de enfrente. De vez en cuando, todo le era extraño y muy confuso para el sombrero sin nombre.

Una grave y profunda tristeza lo llevó a lo más hondo de su estado emocional.

No tenia ni fecha de caducidad ni nada por el estilo, se podía sentir abatido y un poco extraño por todo lo suyo sin respuestas a nada de lo que en su vida poseía.

De nuevo volaba su imaginación más absoluta, en plena soledad. Era muy tímido a la hora de hablar, pero ¡si los sombreros no hablan! Se exclamó entre sí, dejó caer una lagrima se supone que un sombrero tampoco tienen ojos.

La vida del sombrero se estaba apagando.

Su vida, no era la más adaptable solo era un camino diferente a lo que estaba viviendo.

Pasó un año, y otro aun seguía en aquella tienda sin poder saber cuál era su futuro.

Respeto todo aquel proceso de espera en los días posteriores a lo que le llegara en su camino.

Necesitaba más cosas para seguir siendo el mismo.

Pocas cosas más podía tener. lo principal era un dueño pronto para poder salir de ese escaparate de una vez por todas. Era como volver a empezar, de sentirse querido por alguien que le diera cariño de verdad.

Se había quedado transpuesto por aquel sueño; que le llevó a otra dimensión resultó poco convencido de poder algún día vivir otra vida. Lo estaba procurando, ser de otra manera, no podía perder una ocasión de estas cosas, dejaba de no pensar mucho para no agobiarse demasiado; su pensamiento era el mismo de siempre. ¿Quién le podría comprar para estar de nuevo en alguna cabeza de alguien?. Ni siquiera, le importaba si es calvo o no, pero le hubiera gustado ser un sombrero para mujer y no sólo para hombre. Remolinaba tantos recuerdos remotos para seguir adelante.

Pasó mucho tiempo, desde que su dueño le dejara en aquella tienda de segunda mano, nunca se imaginó acabar así: tan solo a la espera de cualquier cambio furtivo que le diera alas para volar de aquel lugar.

Tampoco tuvo una vida plena, estaba hecho de un material poco desconocido para que las personas fueran por él.

Sombrero era, sí, pero para él, era el único que estaba en la tienda en ese escaparate.

No pensaba en nada más que en su vida nueva. Lo hizo bien, desde luego, no podía olvidarse de su antiguo dueño, que lo hubo dejado allí tan solo y perdido.

Era un día más en la vida del sombrero; importante llevar un sentimiento de vida a sus espaldas. Bueno, un poco irreal porque los sombreros tampoco tenían espalda.

Y sí, un buen momento fue aquel que vio a lo lejos un hombre que cruzaba la calle después de bajarse de un taxi, se aproximaba hacia la tienda todo decidido y muy elegante, por cierto. Lo pensó sería aquel hombre que iría a por él, definitivamente, así era su dueño, de nuevo lo pudo ver allí enfrente del escaparate mirándole sin más. Entró en la tienda todo decidido a por el sombrero, al cual había dejado ahí tan solo a la espera que él volviera de nuevo.

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