Siempre habrá Primavera

Inicio / de Confinamiento / Siempre habrá Primavera

Siempre habrá Primavera

Por: Ontario

Mi pensamiento es el único que me acompaña en estos días tan raros. Mis abuelos no pueden venir a casa, ni nosotros ir a verlos. Mis padres hablan con temor acerca de las noticias del mundo, se preocupan por algo que tiene que ver con un “virus” y, parece que es muy malo, aunque mi abuela asegura, que de lo malo, siempre se saca algo bueno; ojalá, porque aunque solo tengo cinco años, también escucho hablar de niños pobres y ricos, yo no sé si soy pobre o rico, sí, porque si ser pobres, es no tener escuelas, parques, chuches, zapatos y ver a mis papis tristes y preocupados por no tener trabajo, entonces, yo soy un niño muy rico. También cada año, cuando mi mamá organiza mi armario, llena bolsas de mis ropas pequeñas y me dice que esas bolsas son para donar a los pobres de la tierra; donar quiere decir regalar, ella me lo dijo. Ah, no les he contado que mis papis, los dos, son médicos.

En las noches cuando me acuesto, mi madre siempre está conmigo un rato hasta que me duermo, pero a veces me demoro porque le hago muchas preguntas al igual que a mi papá. Esa noche mi madre me llevó una cajita.

—Escucha Alejandro: Llevamos muchos, muchos años llenando esta cajita de besos para ti, para cuando te hagan falta. Es muy importante que papá y yo estemos unos días sin venir a casa, porque los enfermos nos necesitan y, tú te quedarás con la abuela Tania.

¿Y cómo han podido llenar esta cajita de besos mamá?

No ha sido fácil cariño, porque como está tan llena, hemos tenido que apretujar los últimos besos.

—¿Y cómo hacer para que no se escapen?

—Pues cada noche cuando te acuestes, sólo abre un poco una esquina y, con tus dos dedos índice y pulgar, sacas los que desees. Los besos verdes con olor a naranja son de papá, y los míos, son amarillos con olor a piña; pero eso sí, tienes que usar la imaginación, y dejar guardados para los demás días. ¿Está bien?

—Está bien mamá. Pero mejor abrazo la cajita para que no se me escapen los besos, hasta quedarme dormido, pero antes, abuela y yo iremos al balcón a las ocho, porque quiero que nuestros aplausos los escuchen donde quiera que estén.

Dejar un comentario

Your email address will not be published.

Información básica sobre protección de datos Ver más

  • Responsable El titular del sitio.
  • Finalidad Moderar los comentarios. Responder las consultas.
  • Legitimación Su consentimiento.
  • Destinatarios .
  • Derechos Acceder, rectificar y suprimir los datos.
  • Información Adicional Puede consultar la información detallada en la Política de Privacidad.

Esta web utiliza cookies, puede ver aquí la Política de Cookies