Sonidos y Recuerdos

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Sonidos y Recuerdos

Por: Deeppersong

– Mamá, mamá, ayúdame con la Josefina, está demasiado mañosa, no hace caso, no quiere ayudar en nada…ayúdame…

– A ver, hija, que pasa. ¿Por qué tanto grito y pedida de ayuda…?

– La Josefina es un siete, es mi nietita regalona. Recuerda Carmen, tú también fuiste niña y para qué vamos a decir una cosa por otra, a veces eras muy difícil de entender…pero…como me dijo mi madre y, yo ya y te he dicho muchas veces…con paciencia y mucho cariño, llegaremos a buen puerto, de lo contrario navegaremos siempre en aguas bastante agitadas… a veces eso es entretenido…pero sólo a veces…y ojalá que sea las menos…

– A ver, siéntate con tú madre unos segundos y dime realmente ¿qué es lo que te está pasando?

– Es este encierro, mamá, parece que nunca va a terminar, muchos hacen caso, otros, bueno tú ya lo has visto en las noticias, las cosas no se ven tan bien, es claro que esto es algo mundial, y, de manera mundial tiene que resolverse, por un lado dicen que el aislamiento ayuda, por otro que está cerca el descubrimiento de la vacuna, que faltan estudios, que los niños no tienen para cuándo volver a sus colegios y, suma y sigue…

– Tranquila, hija, estás así por lo que estamos viviendo y eso de alguna manera te hace tener menos paciencia con Josefina.

– Yo, por mi parte estoy súper agradecida que decidieran pasar la cuarentena en mi casa, sé que no es tan grande como la de ustedes pero nos las hemos arreglado bastante bien, ¿cierto?

– Sí, mamá, de maravillas y eso es así por tu forma de ser y de cómo te llevas con Aníbal.

– Mi yerno es una excelente persona, es relajado, tranquilo, siempre buscando el lado positivo de las cosas, es de esas personas que sabe dar el tiempo para que los demás se expresen, es de muy fácil trato. Debe faltar poco para que llegue, ¿Qué tal si preparamos esa vieja receta que solíamos hacer cuando eras niña? ¿La recuerdas?

– Pero claro que recuerdo era una deliciosa tartaleta de nuez. Cada vez que siento cascar una nuez me trae muy buenos recuerdos.

– ¿Y recuerdas los ingredientes y de dónde los sacábamos?

– Los recuerdo como si fuera ayer, era uno de los momentos favoritos el hacer esa receta, y era así no sólo por el delicioso sabor de esa tartaleta si no porque era un momento íntimo entre las dos, podíamos hablar de cualquier cosa, el mundo eras tú, yo y los ingredientes.

– Usábamos un martillo para romper las cáscaras de las nueces, y en algún momento, no recuerdo cuándo, el abuelo te regaló un cascanueces, eso facilitaba mucho la tarea…mientras va diciendo eso… su madre abre un cajón y se lo muestra… ¿Será éste por casualidad?…

– ¡Ese mismo, mamá!, ¡es increíble que haya durado tanto tiempo!

– Mijita, las cosas de antes se hacían para durar.

– Mamá, también recuerdo que mientras preparábamos la tarta conversábamos y de alguna “mágica” manera resolvíamos las cosas…se podría decir que casi sin esfuerzo…

– ¿Y?…

– ¿Y qué, mamá?

Alicia, que así se llamaba la abuela de Josefina, le hace un gesto a su hija Carmen, quien al principio no entiende, y la mira con un gesto de pregunta… Alicia con disimulo le indica la puerta de la cocina… Escondida detrás de la puerta está Josefina, quien ha estado atenta escuchando la conversación de su madre y de su abuela. Se nota ansiosa, con ganas de salir y participar de la conversación y de aprender a hacer la tartaleta de nuez…

– ¿Y? – vuelve a insistir Alicia… – no sería bueno que dieras inicio a lo que en su momento yo inicié contigo…puedes usar para empezar la misma receta y más adelante podrían acordar cual sería la receta que entre ustedes podría servir de ese momento único entre ustedes… Ese momento de cercanía, ese momento de arreglar, de limar pequeñas situaciones…como por ejemplo la de hoy… ¿no te parece?…

Carmen mira a su madre agradecida y le hace un gesto para que sea ella quien invite a Josefina a participar…

La abuela camina disimuladamente a la puerta y “se sorprende “al encontrar allí a su nieta…

– Pero mira a quien tenemos aquí – dice Carmen, al tiempo que con suavidad toma la mano de su nieta…

Josefina comienza diciendo que ha venido por una fruta a la cocina y…

– ¿Y qué? – dice amablemente Carmen…

– ¿Y?, me preguntaba de dónde sacabas las nueces…he oído, sin querer, que el abuelo trajo un carganueces de regalo…

– Un cascanueces – corrige Alicia…

– Eso mismo, dice Josefina, un cascanueces…pero… ¿Y las nueces?…

– Dejaré que tú madre te cuente de dónde las sacaba y, si están de acuerdo, pueden ustedes hacer la tarta de nuez, así yo voy y me recuesto un rato…me siento algo cansada… ¿les parece?…

– Bueno, abuela – dice Josefina – te acompaño a tú pieza y vuelvo luego con mamá…

Mientras Alicia camina con su nieta, siente que Carmen la mira mientras camina, se gira levemente hacia su hija y recibe su gesto de agradecimiento con la mirada.

– Tómense su tiempo… disfruten su compañía.

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