Había una vez yo era la chica más feliz del mundo junto a mi Mateo S., pasamos los mejores días de clase juntos; el último día de las clases los dos nos declaramos estar enamorados, chateamos durante el verano y nos decíamos que nos amábamos hasta que un día me engañó con una venezolana fea y ahora soy la chica sin alma que no debía ser.